Toda persona sin excepción cuando se expone a situaciones
que sabemos es de peligro. Lo primero que hacemos es cubrirnos el rostro o la
cabeza. Sin embargos, hay personas que por descuido o porque no quieren no
hacen uso de los cascos de seguridad.
Sin tener presente que en cualquier momento le puede pasar
algunos de estas situaciones peligrosas, que compromete uno de nuestras partes
más importantes de nuestro organismo.
Y para las personas que están en constante trabajo y
esfuerzo, o realizan trabajos en construcción es recomendable que hagan uso de
los cascos. Además que estos forman parte del equipo de seguridad industrial
que deben emplear a la hora de laborar o empezar hacer las tareas encomendadas.
Y más que protegerte de golpes los casos de seguridad, te
protegen de la cantidad de voltaje producido de un shock eléctrico, al igual
que te protege las quemaduras. Un casco de debe estar almacenado en un lugar
bajo la sombra, a temperaturas no excesivas, si no perderá las características
y propiedades, si el caso sufre una golpe se debe cambiar inmediatamente.
Los cascos se recomiendan cambiar cuando haya signos
visibles de deterioro, grietas, decoloración, falta de etiquetas, otros daños
percibidos. Aunque se recomienda cambiar los cascos cada 5 años, y las
suspensiones cada año, es importante porque le permitirá disipar la energía del
impacto de esta manera evitar daños cervicales.
Una de las otras recomendaciones es que no todos los cascos
sirven para cualquier tipo de trabajo. Siempre debe evaluarse el trabajo a realizar,
dependiendo de la evaluación se definirá el tipo de casco.
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